jueves, 24 de marzo de 2011

TE VEO

Hoy he estado presente en la reunión de Evaluación del grupo de alumnos al que les voy a dar clase en mis prácticas. Y hoy he leído una entrada de Nacho Lianes, compañero del presente MAES.
James Cameron, en su película Avatar, decide que el pueblo Na´vi -comunidad que vive en armónico, profundo y permanente contacto con la naturaleza/realidad que le rodea- se salude de una forma que llamó poderosamente mi atención: "te veo". Así cumplimenta la hermosa Naytiri, princesa Omatikaya, a su padre Eytukan: "Te veo". Y así se saludan siempre los omatikaya: "TE VEO".



Son numerosos los guiños que Cameron brinda en esta cinta a lo trascendente, a lo perdurable, a lo que importa. No es la primera vez en su filmografía.
Como decía, hoy he leído esta frase: "...permítanme mi escepticismo a la hora de pensar que a día de hoy una clase llena de monitores sea un recurso para captar su atención [la de los alumnos] y no para su distracción."

De repente, gracias a Nacho, he intentado imaginar una relación "profesor-PANTALLA DE ORDENADOR-alumno", "alumno-PANTALLA DE ORDENADOR-profesor" ¿O no es así la cosa?

Igualmente, también hoy, he escuchado frases como éstas:
"...sí, el trío decorativo que se sentaba al fondo, a principios de curso" (dicho de tres alumnas, supongo, agraciadas, que ya no asisten al instituto)
"...yo espero que sea coherente y siga faltando" (dicho de un alumno conflictivo)
"...entre que falta mucho y que no es muy espabilado..." (dicho de una persona, qué más da quién)
"...afortunadamente desaparecido en combate." (dicho de una persona)
"...aparece por aquí de vez en cuando con una pose de superioridad..." (dicho de una persona)
"...llevaba un tiempo adornando por aquí..." (dicho de una persona)
"...es un caradura impresionante..." (dicho de una PER-SO-NA)
(todo entre risas, ligerezas y jijís, jajás)

Supongo que alguna vez tendré que dar clase en un aula llena de pantallas de ordenador, o llena de vete tú a saber qué cosas. Pero mientras pueda, paso. Y lo digo alto y claro desde mi más lacerante desaliento. Paso de que nada se interponga entre mis ojos y los ojos de mis alumnos. Paso de fijar mi vista, mi vida, mis ojos, mi alma, mi corazón, mi tiempo, mi esfuerzo, mi fatiga, mi muerte, mi entrega, mi todo... detrás de cualquier recurso que no sea los ojos de mi alumnado. Paso de no entregarme, paso de defenderme de nada, de esconderme, de no tirarme a tumba abierta. Mi alumnado: su vida, su alma, su porqué, su historia, su corazón, su tristeza, sus miedos, su alegría, sus esperanzas, sus inquietudes, su soberbia, su debilidad, su orgullo, su universo..., su quién sabe qué cosas, qué circunstancias, qué concreciones existenciales que les han hecho ser así..., su realidad. Te veo.

Sé que es radical y extremo. Lo sé. Pero mi abatimiento después de la reunión de esta mañana también lo ha sido. Y he pensado que los profesionales que allí había también tienen sus limitaciones, su historia, sus necesidades, sus problemas, sus realidades concretas... lo sé. Pero realmente creo que un profesor lo que menos tiene que enseñar es su materia. De tu profesión te podrás cansar, de las personas -¡¡si te las renuevan cada año!!- no.

Mi materia sólo será mi excusa. Mi objetivo cada día será "ver-te".

Sí, supongo que usaré las TIC para ciertas cosas. Pero jamás -JAMÁS- se inventará una tecnología, por avanzada que sea, capaz de sentarse delante de una persona y, mirándola a los ojos, entender porqué o porqué no se inunda de alegría o de tristeza hoy su corazón.

Te lo juro: te veo.

Ánimo compañer@s; hay mucho por hacer. Y no es enseñar Ciencias Sociales... o Filosofía, o Música, o Historia de las religiones...


miércoles, 23 de marzo de 2011

¿Cuánto bien nos hace la risa?


Seamos honestos; no me arriesgaría yo a decir que en el día de ayer firmáramos un indiscutible paradigma de respeto, atención y saber estar, digno de enmarcar en letras de oro como ejemplo irrefutable de compostura y formalidad para generaciones venideras, la verdad.


Pero ueeeeeno… se ha podido percibir una mínima mejoría, que ya es algo. Enfervorizados aplausos, jacarandosos vítores y vivarachos piropos aparte, por supuesto. Supongo que el clima los merecía. Y además, ¿cuánto bien nos hace la risa? La risa de verdad, la que rompe espontánea en colectiva carcajada; la que contrae la prensa abdominal y expande los carrillos al tiempo que instintivo buscas los ojos cómplices del compañero que se desparrama igual que tú. ¿Cuánto bien nos hace un “¡¡Torera, Torera!!” a tiempo y en el momento justo? Y ojo, una risa no a costa de nadie, sino en situaciones favorables y apropiadas que así lo demandan y no dañan en absoluto la dignidad de persona alguna.

Pienso que el clima en un aula es fundamental. El comentario a tiempo, la intervención justa, el chascarrillo perfecto -más o menos punzante, más o menos inteligente, esto es lo de menos ahora-, pero siempre dentro de los límites de la educación y el respeto, es FUNDAMENTAL para una clase. No en vano en la temporización de nuestra programación de aula deberíamos contabilizar minutos para ello, para estas distensiones necesarias en el alumnado. No hablo de hacer de la clase un pasillo de comedias. Hablo de estar atento como docente, al “cable” que en un momento dado te puede tender el alumnado. El grupo es un espejo nítido en el que se refleja lo que tú como profesor estás haciendo. Si estás tenso, tenso tendrás al grupo; si relajado y firme, relajados y aplicados estarán ellos. Si nervioso y dubitativo, ya estás muerto, jajajaja... El grupo te manda mensajes –no verbales- continuamente. Mensajes que como formadores tenemos que saber “leer” y entender. Y una buena bufonada a tiempo, puede ayudarte más que interrumpirte. Tu aliada siempre será la autoridad, la que proviene del amor y de la entrega; no el autoritarismo, que nace de la debilidad. Y si no pierdes nunca esa autoridad, podrás dejar que tu clase ría a mandíbula batiente y reír tú con ellos siempre que así lo estimes oportuno, sin perder por ello el ritmo, ni el control, ni nada. Es más, recuperando quizá el nivel de atención que anteriormente estaba bajo.

¡¡GUAPA!! jajajajajajaja!!!!!!!!!!! qué poca vergüenza…

Ayer seguimos aprendiendo cosas interesantes en clase de Innovación. Cómo acceder, por ejemplo, a esa "deep web" que conforma todo un 80% del total, qué bárbaro. Recursos importantes y de ayuda para ciertos aspectos de la docencia. Mi valoración global de la asignatura es buena. Ojalá tenga procesador suficiente como para gestionar toda la información que la profesora González nos ha dispensado.

jueves, 17 de marzo de 2011

DISCÚLPENME LA MALA EDUCACIÓN

Queridos compañeros y compañeras del curso 2010-2011 de la especialidad de Geografía e Historia: Ciencias Sociales, perteneciente al MAES de la Universidad Pablo de Olavide:
Dudo y vacilo al momento de escribir estas líneas entre la diplomacia y la firmeza. Dudo entre la humilidad y la veracidad. Dudo entre la afabilidad y la impertinencia. Dudo entre la aceptación y la pedantería. Pues irremediablemente en una u otra de estas etiquetas terminaré encasillado cuando suba esta entrada.
Ustedes me etiquetarán a buen seguro quizá como yo les estoy etiquetando a ustedes al escribir estas líneas. Póngame yo el primero en la crítica que intento desarrollar. Pero sea extensible ésta igualmente a todos ustedes. No soy yo quién para enmendar; no soy quién para corregir; no soy quién para alzar la voz. Pero siempre tuve un punto provocador y muchos de inconsciente; siempre fui un imprudente y un poco arriesgado. Todas, cualidades que nacieron de una inteligencia corta y limitada.
Pues bien, sea. Me parece absolutamente denunciable la actitud que nuestro grupo, yo el primero, mantiene en las clases de la asignatura que nos ocupa. Hay ocasiones en las que nadie, repito, nadie escucha. Pero no sólo esto, que cada quien es muy libre de escuchar o no. Hay momentos en los que todos, repito, todos, estamos hablando, comentando, deliberando, riendo, charlando, expresando, manifestando... llamémoslo como queramos: pero todo ello, al mismo tiempo que una PERSONA hace lo que puede delante del grupo. Y no entraré a valorar en absoluto su trabajo. Estoy evaluando nuestra actitud: la nuestra. La mía en primer lugar y la tuya después. Queridos todos: no puede ser. Es vergonzoso. Se trata de e-du-ca-ción, pero no de enseñanza, no... EDUCACIÓN. Respeto; valores mínimos, básicos... ¿qué vamos a enseñar a nuestros alumnos? De verdad, es un tema que me ha llamado especialmente la atención. Me ha parecido increíble por momentos... ¿no somos gente civilizada, educada, con estudios, élite universitaria...? ¿De qué nos sirve debatir tan grandilocuentemente? ¿de qué nos sirve tener tanto conocimiento? ¿ser tan críticos? ¿Cómo vamos a exigir a nuestros alumnos un respeto que nosotros, yo el primero, no brindamos? ¿es que nuestra calidad determinará que se nos guarde o no respeto? ¿es que un alumno que no atiende no se merece nuestro respeto y nuestra atención? ¿es que un compañero, por tener "ideas" distintas a las nuestras no merece atención, tiempo y respeto? ¿Es que un aula por tener ordenadores se convierte en un cibercafé?
Señores, nuestra cháchara será importantísima y fundamental, divertidísima y necesaria, crucial por momentos si ustedes quieren. Pero les doy mi opinión y sugerencia: cuando delante de nosotros haya una PERSONA, póngase usted firme. Porque una PERSONA, en cualquier ámbito de la vida, no se hace por sus ideales, por su vestimenta, por sus actitudes, por su trabajo, por su capacidad o por su inteligencia. Una PERSONA lo es por el simple hecho de estar viva, de existir. Y nuestros alumnos son PERSONAS antes que "nuestros alumnos", quiero decir que tienen una historia que les precede, unas circunstancias concretas, una vida, un porqué. Igualmente nuestros profesores, igualmente tu compañero, igualmente tu vecino del 4º.
Apelo a vuestra dignidad y a la mía propia. No puede ser. Nuestra actitud ha sido por momentos deshalentadora. Propongo que trabajemos en ello, yo el primero (verás la que me cae el próximo día que se me ocurra charlar en clase). Sí, reconozco que he sido muy osado al escribir estas líneas, pero no todo aquel que te "ama" te dice la verdad, sin embargo alguien que te habla con verdad te está "amando" en ese momento.
Perdón sinceramente por haberme metido donde no me llaman. Ha sido una de mis tantas imprudencias. Espero que construya más que enemiste. Y en muestra de ello, os brindo una de las obras de arte más impresionantes que ha conocido la triste existencia del hombre sobre la tierra. Grande.


Con toda la humildad que me permite mi torpe soberbia,
un saludo sincero a todos.

miércoles, 16 de marzo de 2011

Hoy me rindo. Hoy.

Argumentos reales: Almacenamiento. Movilidad. Agilidad. Poder trabajar con materiales digitales seleccionados por ti mismo allí donde te encuentres. ¿Para que quiero la era digital si para usarla eficientemente necisto mi-ordenador de mi-habitación? ¿Pero como se puede ser tan burro? Trabajo mucho con "mis favoritos", recupero continuamente, los hay que abro a diario. Pero están ¡¡anclados en mi-casa!! Esto son en mi opinión argumentos de peso. Igualmente con Slidesahre. Ahora empezamos a entendernos. Y seguro que las TIC tienen mucho más que ofrecerme; ¡ojo!, a mí: ente pensante, reflexivo, intuitivo, conocedor, experimentado y crítico, sobre todo crítico. Que ahí está el punto de nuestros alumnos. Primero, otorgarles una ESTRUCTURA, después, el revestimiento apropiado vendrá solo. Ojo con esto.

Recuerdo perfectamente la hostilidad con la que se recibieron los teléfonos móviles hace poco más de 10 años. Disculpe, ¿ha dicho usted 10 años?
Sería el año 2000 aproximadamente cuando adquirí mi primer teléfono móvil (ya llevaba casi otra década ganando mi propio dinero, quién me ha visto y quién me ve): un Motorola M3288, del tamaño de una cabina de teléfono centímetro arriba, centímetro abajo. Un auténtico gadgettoteléfono. Y ya veníamos discutiendo desde hacía tiempo la necesidad de este invento. Recuerdo perfectamente que en el año 97, 98, 99... los que entonces teníamos 22, 23, 24 años pensábamos que los móviles eran cosa de yupis, ejecutivos, pijos, fantasmas, pringaos, y capullos en general. Recuerdo igualmente las conversaciones y los calificativos que brindábamos a este nuevo invento. Todos hostiles; y mucho. Y sin embargo ahora...
Por esto ayer, cuando me pareció tan terrible la expresión que por dos veces enunció la profesora González -algo así como "...ya no podría vivir sin esta herramienta..." refiriéndose a Delicious y Diigo-, fui prudente al ver mi teléfono móvil encima de mi mesa y echando la vista atrás. Sí,  está claro que sí podríamos VIVIR sin estas herramientas, pero verdaderamente ya forman parte de nuestra cotidianeidad. Hoy, me rindo ante la evidente eficiencia de las herramientas digitales que he conocido.
Lo de "VIVIR"... sería tema para otra entrada, y quizá para otro blog.

jueves, 10 de marzo de 2011

La búsqueda de la Verdad

“Aprender es descubrir lo que ya sabes.
Enseñar es recordar a los demás que saben tanto como tú.”
Ilusiones. Richard Bach.

No hay sistema tecnológico que iguale a la mente, ni hay buscador (por avanzado que sea) que se acerque ni de lejos a las prestaciones que otorga la intuición del hombre. La intuición del corazón del hombre. Donde reside el conocimiento. Porque todo está escrito en el corazón. Todo lo que el hombre debe saber ya está depositado en su corazón desde antes de nacer. La vida no es sino una aventura fascinante al encuentro de ese conocimiento. De esa sabiduría. Unos disponen de más años y otros de menos; unos tienen más acierto y otros menos, siempre desde la libertad del hombre de decidir no escuchar a su corazón. Pero a todos les es otorgado según su tiempo y su historia.

 

Ayer dimos una sesión donde la profesora González nos guió por las formas de búsqueda de información más eficientes. Verdaderamente interesante. Vimos un método concreto con parámetros reales que ciertamente hacen provechosa cualquier búsqueda por Internet.

No he podido evitar establecer un paralelismo con el combate al que se enfrenta el hombre cada día: declinar información inservible –y en ocasiones destructiva-, o detectar, intuir, conocimiento útil –siempre constructivo-. Lo malo es que la sabiduría pertenece al corazón, y la información es procesada por la razón. La información es necesaria y útil y para gestionarla tenemos el razonamiento. Pero el exceso de información, puede dejar de lado al conocimiento. Ese es el combate.

Lo peor de todo es que abandonemos esta lucha o peor aún, que hayamos olvidado que este combate existe. Te juegas la Vida.

miércoles, 9 de marzo de 2011

La dictadura de la información

Empiezo a tener problemas serios para ir al ritmo que avanzan las tecnologías actualmente; ayer en clase hablamos de webs sociales, wikis y otros elementos que sólo me sonaban por el nombre. No cabe duda que deberíamos esforzarnos por estar al día en el campo de las TIC, ya que resulta obvio que los alumnos de hoy en día se comunican a través de ellas, pero... ¿Es nuestro papel como educadores caer en el mismo círculo esclavista en que el sistema ha apresado a nuestros alumnos?
No eres más libre por estar más conectado. No eres más libre por tener más información: No. Directamente relacionado con la problemática extensa y ardua sobre cuál información nos dispensa el sistema y cuál no, diré que existe una dictadura informativa, de tal suerte que estás obligado a estar informado (o más bien des-informado) para no quedarte al margen. La misma dictadura impera en las TIC. Ayer en clase se dijo que si no estás al día en las nuevas tecnologías "te quedas al margen", esto es, marginado. Así funciona el despiadado dictador. O entras en mis normas, o te quedas en el pozo.



Como educador, como docente, como profesional y como persona, tengo meridianamente claro que mi papel con el alumnado será -si es necesario a través de las tecnologías- abrir sus ojos a la realidad de que son PERSONAS, hombres y mujeres libres, y de que la dignidad que les hace SER, va más allá de su capacidad de conexión, actualización, información, innovación o tecnologización... o como coño se diga.
En otro orden de cosas pero "conectando" -ahora sí- con lo anterior, apuntar que la lectura de un libro (con sus pastas, sus páginas, su textura, su olor...) es una de las experiencias más extraordinariamente apasionantes que una persona puede vivir. Pienso que quien mantenga que los libros desaparecerán y que todos deberemos leer ante una pantalla táctil iluminada (¿leer a Baroja mientras destella una publicidad parpadeante en el margen derecho anunciando la nueva tarifa de Orange?) definitivamente no entiende lo que es la libertad... de leer un libro.
Las nuevas tecnologías sólo nos ayudarán a ser más personas, si colocamos a las personas en su sitio, más allá de las nuevas tecnologías. Acepto el reto.